Nuestro planeta es uno de grandes contrastes y extremos. Por un lado, tenemos las inundaciones que son producidas por excesos de lluvia y, por otro lado, las sequías que son producidas principalmente por la falta de lluvia. Una sequía se define como un periodo de tiempo extenso (ya sean meses o años) donde hay una deficiencia de agua, ya sea por la escasez de lluvia, un manejo inadecuado del recurso, o por exceso de la demanda de agua. Esta situación anómalamente seca ocasiona un desbalance hidrológico serio. Todo depende de la deficiencia de lluvia, la duración de la sequía, y la extensión territorial afectada. Por esta razón no existe una definición cuantitativa y universal de lo que es este fenómeno natural.

El suelo seco quebrado muestra que no hay señal alguna de humedad. Estas fisuras son comunes en terrenos arcillosos y expuestos (imagen de NOAA).

En la climatología de Puerto Rico se identifican meses que son muy lluviosos (mayo-noviembre), y hay meses secos (diciembre-marzo). El sector más lluvioso es El Yunque con más de 150″ anuales, y el sector más seco es hacia el sur-suroeste con acumulaciones anuales de 30-40″. Normalmente, la precipitación anual promedio de la isla varía entre 55-75″ anuales, con un promedio entre 1899-2006 de 67.0″ anuales (de Climatología de Puerto Rico-Dr. José A. Colón). Esta precipitación que se recibe es suficiente para cumplir con la demanda actual de agua que usa nuestra población, considerando lo que se evapora, lo que se va en escorrentías y lo que usamos a diario en consumo. De hecho, el consumo y demanda de agua es cada vez más intenso porque la población aumenta y los recursos de agua no aumentan de la misma forma, además no están distribuidos equitativamente para satisfacer las necesidades de todos los sectores.

Sin embargo, cuando entramos en periodos deficientes de lluvias, los efectos inmediatos se observan en la vegetación y los abastos de agua. Estas “rachas” secas por lo regular finalizan una vez entran los meses lluviosos. Rápidamente se reabastecen los cuerpos de agua y la vegetación se recupera con rapidez. Sin embargo, cuando las deficiencias de lluvia son acumulativas y se extienden por meses y años, entonces entramos en una sequía. Por lo general, las personas cobran conciencia de las rachas secas cuando en los medios de comunicación empiezan a recomendar que conserven el agua porque los niveles de los embalses bajan a niveles de alerta. Sin embargo, cuando los niveles de los embalses bajan a niveles críticos, las autoridades recomiendan el racionamiento de agua y se ponen en vigor planes de contingencia.

Muchos piensan que al Puerto Rico estar rodeado de agua salada, no deberíamos tener problema de agua. La realidad es que los procesos de desalinización son sumamente costosos, pero están surgiendo nuevos métodos de energía renovables, incluso para la desalinización, que están siendo considerados para enfrentar sequías en Puerto Rico.

Es importante que consideremos nuestro aumento en el consumo de agua en todas las actividades diarias. Además en nuestras casas hay que controlar las descargas de pozos sépticos a los cuerpos de agua y mantenerlos. Desde el punto de gobierno y empresa privada, hay que darla prioridad a los mecanismos que reduzcan las fugas y extracciones de agua, controlar la erosión de terrenos, reducir las pérdidas de evaporación y de escorrentías, y evitar la sedimentación excesiva de los embalses. Entre todos podemos lograr conservar el agua.

Mapa con Embalses de Puerto Rico (imagen del Departamento de Recursos Naturales).