Estructura
Al igual que otros eventos meteorológicos, como huracanes y tornados, las tormentas invernales necesitan unas condiciones específicas para su formación.
Una de las condiciones vitales para la formación de tormentas invernales es la posición de la corriente de chorro (“Jet Stream”) en las latitudes medias de los Estados Unidos. Cuando estas corrientes de chorro bajan hacia el trópico, provocan que el aire frío y seco proveniente del Ártico se mueva a latitudes más bajas, y a la vez provoca que la masa de aire caliente y húmedo proveniente del Golfo de México se mueva a latitudes más altas. Este choque de masas de aire provoca la formación de un sistema frontal. Este movimiento de las diferentes masas de aire ocurre alrededor de un sistema de baja presión que generalmente se forma en la frontera de ambas masas de aire.
Cuando el aire frío alcanza el aire cálido y húmedo, se forman nubes y precipitación. Si las temperaturas son de congelación, y hay humedad, se formarán cualquiera de los tipos de precipitación sólida que caracterizan una tormenta invernal.
Un sistema frontal consiste de una baja presión, un frente frío y un frente caliente (imagen de eoearth.org).
Aire ártico choca con aire húmedo y cálido del Golfo de México ocasionando la formación de tormentas invernales (imagen de wane.com)
Tipos de Tormentas Invernales
Podemos distinguir varios tipos de tormenta invernal por sus características, intensidades y trayectorias. Eso determina el tipo de precipitación y sus acumulaciones en el suelo.
Tormenta de Nieve (“Blizzard”)
Las tormentas de nieve se caracterizan por las bajas temperaturas (generalmente por debajo de 20ºF) y acompañado por vientos que son de 35 mph o más. La caída de la nieve junto a las ráfagas de viento ocasionan que la visibilidad disminuya a 1/4 de milla o menos por lo menos por tres horas. Una tormenta severa de nieve produce temperaturas cerca o por debajo de 10ºF, vientos superiores a 45 mph y la visibilidad se reduce a casi 0 por la densa caída de la nieve.
Tormenta de Nieve en Duluth, Minnesota (imagen de Derek Montgomery).
Proceso de formación de nieve por efectos de los lagos (imágenes adaptadas de The Examiner y de satelite de NASA MODIS)
Tormenta por Efecto de los Lagos (“Lake-Effect Storm or Snow”)
El efecto de los lagos se produce cuando una masa de aire suficientemente fría, como la que surge del aire ártico, se mueve sobre un cuerpo de agua más caliente, creando un perfil de temperatura inestable en la atmósfera. Este es el caso de los Grandes Lagos entre Estados Unidos y Canadá. Como resultado, las nubes que se forman sobre el lago, eventualmente producen nieve mientras se mueven con la dirección del viento.
Proceso de formación de nieve por efectos de los lagos (imágenes adaptadas de The Examiner y de satelite de NASA MODIS)
Tormentas Heladas (“Ice Storms”)
Las tormentas de hielo producen lluvias congelada donde se acumula al menos de 1/4 de pulgada o más. La congelación de la lluvia ocurre justo cuando entra en contacto con la superficie donde cae. Como la lluvia se congela, ese hielo se acumula en ramas de árboles, líneas eléctricas, carreteras, etc., creando condiciones peligrosas, impidiendo la transportación y el servicio de energía eléctrica.
Tormenta Helada en Carolina del Norte (imagen de NOAA)
Este tipo de tormenta invernal recibe su nombre por producir vientos fuertes del noreste, desde el océano a la zonas costeras (imagen de NOAA).
Tormenta del Noreste (“Nor’easter”)
Este tipo de tormentas es de las más violentas en el invierno. Un nor’easter debe su nombre a los vientos continuos y fuerte del noreste que soplan desde el océano, incluso antes de llegar la tormenta, sobre las zonas costeras. Son áreas de baja presión que se forman a menudo en el Golfo de México o de la costa este en el océano Atlántico. Producen nevadas, lluvia y olas enormes en las zonas costeras del Atlántico, ocasionando erosión de playas y daños estructurales. Las ráfagas de vientos pueden superar la fuerza de huracán.