Intensidad
Escala Saffir-Simpson
Los daños estructurales que producen los huracanes están asociados a la fuerza o intensidad de los vientos. Para relacionar la fuerza del viento y su capacidad destructiva, se utiliza una escala de intensidad conocida como la Escala Saffir-Simpson. Esta escala denomina los huracanes en 5 categorías de intensidad. Un huracán de categoría 1 es de intensidad mínima; categoría 3 o más se considera un huracán intenso por su gran potencial de destrucción; y una categoría 5 es el más violento por su capacidad de destrucción. Los vientos son capaces de destruir los elementos estructurales más vulnerables de una vivienda como lo son los techos, las ventanas y las puertas de materiales o instalación débil. Los diseños y materiales de construcción deben considerar las fuerzas de un huracán, para evitar que cuando nos azote, la vivienda se destruya.

La velocidad del viento que se reporta con un ciclón tropical es el viento máximo sostenido. Esta es la velocidad máxima promedio del viento que se mide a una altura de 10 m (33 pies) y se sostiene por 1 minuto. Las ráfagas son la desviación de la velocidad promedio o simplemente los latigazos del viento sostenido, y pueden ser entre un 20%– 40% superior que el viento máximo sostenido. Por ejemplo, si la velocidad máxima sostenida del huracán Sofía es de 100 mph, las ráfagas pueden ser hasta 140 mph.
Categoría 1
Es la categoría inicial de un huracán. Los vientos soplan en el rango de 74 a 95 mph. Los daños por viento se observan mayormente por ramas de árboles, letreros, semáforos, techos de madera débiles y casas móviles.
Fotos cortesía FEMA, Carlos Brignoni y redes sociales.
Categoría 2
Cuando el huracán alcanza vientos entre 95 a 110 mph se clasifica como categoría 2. Los daños por viento incrementan sobre los techos de madera y estructuras débiles. También hay caída de árboles. El servicio de agua potable y electricidad pueden verse afectados.
Fotos cortesía FEMA
Categoría 3
Si los vientos sostenidos del huracán son entre 111 a 130 mph, este fenómeno se denomina como categoría 3, y desde este punto se considera un huracán intenso o mayor. Con este tipo de huracán, los daños por vientos son significativos. Las estructuras débiles pueden sufrir de desprendimiento de techos, e impactos a ventanas y puertas. El sistema de agua potable y electricidad se pueden ver seriamente afectados y puede que no estén disponibles por varios días o semanas.
Fotos cortesía FEMA
Categoría 4
Los vientos de un huracán categoría 4 son entre 131 a 156 mph. Estas velocidades de viento pueden producir daños devastadores. Las casas débiles de madera pueden perder el techo y sufrir daños serios estructurales o de pérdida total. Daños serios también pueden ocurrir a edificaciones como apartamentos de condominios en sus ventanas, puertas y revestimientos. La caída de árboles tendido eléctrico puede mantener áreas incomunicadas. Existe un moderado riesgo de personas heridas y muertas.
Fotos cortesía Leila Andreu y FEMA
Categoría 5
Vientos de 157 mph o más ya pertenecen a la categoría más devastadora de un huracán, la categoría 5. Estos son huracanes de destrucción catastrófica. Puede ocurrir destrucción total de casas de construcción débil o de madera, serios daños a edificios y en zonas montañosas. El impacto en el servicio eléctrico y de agua potable puede ser por periodo extendido. Las áreas afectadas pueden ser inhabitables por meses. Hay un alto riesgo de muerte de personas, de mascotas y ganado. Serio impacto en ecosistemas.
Fotos cortesía FEMA